YUROK
Hijo de Kyros de Atxarrea y Ch- Daryl de la Fortea
Yurok, todo un carácter, tuve que elegirlo cuando era una bolita peluda de un mes.
Normalmente, el mejor momento para ver como es un cachorro suele ser cuando cumple los dos meses, lo que vemos en ese momento en el cachorro es lo que más o menos será para nosotros de adulto.
Como me dijo una vez Stefano, a partir de los dos meses se pierde al perro y no se vuelve a recuperar un poco hasta casi el año.
Hay una serie de características, como la mordida, el color de los ojos, el tipo y color del pelo, que pueden variar pasados los cuatro meses y que pueden convertir nuestra elección en desilusión si pretendemos conseguir una perfección en cuanto al estándar de la raza.
El perro a partir de los dos meses crece desproporcionadamente, y bueno a mis carelias, lo que primero le crece son las orejas.
No sé porqué elegí a Yurok, quizás basada en mi intuición…recuerdo que en lo que si tuve especial interés fue su nombre …suelo bromear diciendo que con los Yurok y los Sioux conquistaré América.
Yurok, era una bolita, con una cabeza cónica, orejas pequeñitas, pelo de osito, me pareció que tenía una estructura fuerte a pesar de tener poquito tiempo, estaba bien pintado, me gustaba su movimiento y ese culo respingón que lo tuvo desde el principio; y bueno por su tamaño y peso, me pareció que iba a ser fuerte, musculoso pero no demasiado grande.
Algo que me engañó fue su carácter, era el más tranquilo y bueno de los dos cachorros, pero aún recuerdo el primer día que vino con dos meses y quise secarle con una toalla, se revolvía y sacaba los dientes con genio.
En ese momento le pusimos en casa de apodo, “perjuicios”.
Con Yurok he tenido que aplicar como herramientas de trabajo la psicología y la paciencia.
En cuanto a todo lo demás, puedo decir que ahora de adulto cubre todas mis ilusiones y exigencias en cuanto a esta raza.
Es un perro especial con el que he conseguido empezar en el mundo de las exposiones.